viernes, 11 de diciembre de 2015

"FICCIÓN O REALIDAD"


No se comprende el rol de la ficción: un recurrente, pintoresco y supuestamente “inútil” ejercicio del pensamiento.

Normalmente se la reduce a la representación de lo inexistente, de lo imposible, de los delirios; apartándola al campo infantil o de las artes.

Su alcance es mucho mayor, por supuesto.

La ficción da forma a la sociedad entera, a sus imaginarios.
Da lugar a mitos, a creencias, rituales, fiestas y religiones.

De fantasías está constituida la opinión pública, la academia, los altos valores, el misticismo, la noción de género y raza.
De fantasías se cohesiona la familia, por ejemplo.


Sin embargo, es en la creación artística en donde mayormente se la reconoce.
De allí, de ese mundo "irracional", William Blake, Marc Chagal, Edgar Allan Poe, Isaac Assimov, Picasso, etc., crearon sus obras pictóricas, escultóricas y literarias.

Y es que, en general, el arte se encuentra atravesado por representaciones de lo ficticio, más allá del ejercicio de mímesis al que buena parte de la historia occidental nos tiene acostumbrados. 
¿O acaso se fundamenta en la realidad el realismo clásico?

El arte es el círculo en donde se evidencia con mayor vigor ese aspecto inherente a la condición humana, alejándolo de la ciencia y del pensamiento objetivo, afirman.

Sin embargo, por lo argumentado, la ficción incide sobre mucho más.
Incide sobre la creación artística, se ha dicho, pero también lo hace sobre la realidad en su conjunto.
Incide, por ejemplo, sobre los empeños investigativos y el desarrollo científico y tecnológico.
¿Por siglos no ha fantaseado el ser humano con la creación de dispositivos voladores?
¿No imaginó Julio Verne los viajes a la Luna?
¿No es la internet fruto de un delirio de conectividad mundial?

De allí podemos afirmar que la fantasía genera lo posible, y lo posible inventa la ciencia como técnica para lograr su materialización.

¿No fantaseaba Da Vinci al diseñar sus dispositivos mecánicos?
¿No es ésta la fuerza detrás de los empeños tecno-científicos por hacer realidad viejos relatos de anticipación?
¿No es la fantasía lo que anima todo proyecto desarrollista enfocado en crear una realidad inexistente, apuntalada en ideales, a fin de cuenta en nociones de espiritualidad y bienestar total?


¿No es la fantasía aquello que sostiene los principios académicos, bajo la consigna: “el conocimiento libera”?
¿Pero, cómo se sujeta un concepto líquido de libertad?
¿Desde qué epistemes?

Así pues la ficción crea realidades concretas que contradictoriamente la niegan.
De hecho, al parecer la realidad se constituye de la suma de fantasías sistematizadas, socialmente articuladas, compartidas y avaladas, lo cual le otorga a ésta su característica de solidez.


El arte, en cambio, la pone de relieve como uno de sus recursos fundamentales, la reconoce y abraza: el juego, la experimentación lúdica, el delirio, la contingencia, el hallazgo, la escritura e incluso las ficciones académicas de tipo histórico y teórico.
¿No es la la teoría un conjunto de ejercicios especulativos fundamentados bibliográficamente en antiguos delirios?
¿No es la historia una construcción multidimensional?

A fin de cuentas el juego y jugar a ser teórico, científico, médico, ingeniero, artista, político o cura, implica la creencia en relatos asumidos en una realidad que damos por concreta.
De allí que abrimos los ojos al mundo, de la mano de fantasías incorporadas por nuestros padres y por quienes nos rodearon cuando pequeños...

...y elegimos ser artistas...

...para nosotros, la más bella, primordial y sólida de las ficciones.


viernes, 12 de junio de 2015

PROYECTO "CHOLIFICAR EL ARTE OCCIDENTAL" VI


"Campo de maíz, Quito"

(Mi nombre es Mario García y he labrado un campo de maíz)

Apropiación y cholificación de la performance "Burguer, New York" (Warhol).



Miércoles, 10 de junio de 2015




...la agricultura artesanal como símbolo de reapropiación de la vida...




Sábado 19 de septiembre de 2015





Sábado 26 de septiembre de 2015









Sábado 14 de noviembre de 2015






Sábado 21 de noviembre de 2015






Sábado 28 de noviembre de 2015







Domingo 27 de diciembre de 2015






Sábado 24 de enero de 2016



jueves, 20 de febrero de 2014

ENTREVISTA



¿QUÉ NERVIO HE TOCADO?



MARIO FERNANDO GARCÍA








1.- Cuál considera usted que es la presente situación del arte ecuatoriano actual en cuanto a su posicionamiento en los circuitos del arte mundial?

Personalmente creo que la situación del arte ecuatoriano (refiriéndome al arte culto, entiéndase por aquel adquirido mediante estudios universitarios) es actualmente muy precaria, en cuanto a su posicionamiento en el círculo mundial del arte. Es innegable la existencia de centros artísticos a su vez asentados en centros sociales y geográficos poseedores de gran capital simbólico, desde donde se reglamenta el arte actual y en donde se valida, promociona y cotiza el arte actual. Es innegable así mismo la existencia de periferias sociales y geográficas que pugnan por posicionarse en esos centros de validación, promoción y cotización (la Bienal de Venecia, la Documenta, ARCO, Christie´s, Sotheby´s, etc.) y lo hacen desde sus extensiones locales.

El arte ecuatoriano ha tenido acceso a esos centros del arte mundial (Egas, Guayasmín, Crow. En el año 2001, como ecuatorianos, han participado en la Bienal de Venecia, José Antonio Cauja, Alfredo Eguiguren y Roberto Noboa; Tomás Ochoa, en el año 2003; Pablo Cardoso, Jonathan Harker, María Verónica León[1], y Manuela Ribadeneira, en el año 2007; Fernando Falconí, en el 2009; Rosa Jijón, en el año 2011; Miguel Alvear y Patricio Andrade, en el año 2013. Todos ellos en el pabellón Italo-latinoamericano), sin lograr visibilizarse sostenidamente o al mismo nivel que los artistas más connotados y cotizados a nivel mundial, algunos de ellos latinoamericanos. Este es un problema que a mi criterio debemos afrontar sin eufemismos ni argumentaciones ciegas. Solamente de esa manera el arte ecuatoriano logrará desarrollar una estrategia efectiva, un discurso o un contra discurso que logre su visibilización y posicionamiento internacional.





2.- Han logrado los artistas ecuatorianos actuales posicionarse en el circuito del arte mundial a la altura de los artistas más connotados?


Yo creo que no, ni los artistas ecuatorianos actuales ni artistas ecuatorianos desde el pasado colonial, y si no dígame usted quiénes? Y cuánto facturan anualmente? Justamente para despejar esa duda realicé en el año 2013 una investigación sobre libros de arte de categoría universal, de edición reciente, buscando la presencia de artistas ecuatorianos en sus páginas. El resultado fue que no encontré ni uno solo.
Entiendo que en los libros de arte –de editoriales importantes- se decanta la participación multitudinaria de artistas de cada época, en este caso de la época actual que para ser analizada debe ubicarse en el pasado reciente de los artistas ecuatorianos maduros, es decir, de hace unos 30 años. Sí encontré su presencia en libros de arte regionales.




3.- Cuáles considera usted son los artistas actuales connotados en la escena internacional?


La respuesta a esta pregunta es objetiva y determinante: en un mundo mercantil y económicamente globalizado, cuyo sistema social está empapado por el capitalismo, podemos reconocer fácilmente a los artistas más connotados, porque han llegado a ese sitial al que la mayoría de artistas del mundo desean llegar: al éxito. Son los más visibles en los medios de comunicación masiva, los más presentes en la mente del colectivo social internacional aunque muchas veces solamente a nivel de especialistas, los más promocionados por la institución del arte y por los estados nacionales, los más cotizados, de hecho su obra alcanza precios altísimos (millones de dólares) -dado el valor simbólico de sus nombres- y los más reproducidos. Sus nombres pueden variar dependiendo de las diversas publicaciones, pero al fin y al cabo siempre estarán presentes los mismos, y los podemos encontrar en las publicaciones de libros del pasado reciente (30-40 años) y del presente (2012-2013), de editoriales internacionales de prestigio, que son las que tamizan la multitudinaria participación de artistas en el arte, recogiendo, ordenando y avalando autores de entre un mar de publicaciones en revistas, catálogos, pasquines, declaraciones, manifiestos, promociones, hojas volantes, auto-publicaciones, etc.

Ahora bien, tal lista depende en gran medida del lugar de enunciación y de las relaciones de poder en juego. Para ejemplo, hace pocos años, en 2009, El diario británico Telegraph[1] publicó una lista con las cien personalidades más influyentes del arte contemporáneo, entre artistas, curadores y coleccionistas. Los 10 artistas mencionados en los primeros lugares como los más importantes, fueron: Damien Hirst (británico), Jasper Johns (estadounidense), Jeff Koons (estadounidense), Gerhard Richter (alemán), Richard Prince (estadounidense), Takashi Murakami (japonés), Richar Serra (estadounidense), Bruce Nauman (estadounidense), Cy Twombly (estadounidense), Ai Weiwei (chino). Ni un solo ecuatoriano, ni una sola mujer.

La Bienal de Venecia proporcionará un listado algo distinto, mientras la Feria ARCO tendrá en mente sus particularidades. Lo cierto es que en este momento solo los “artistas viejos” son indiscutibles.





4.- Cuáles son los artistas actuales connotados en la escena nacional?


La respuesta a esta pregunta es tan difícil como la escena del arte en el Ecuador. Diré como antes que el Ecuador forma parte de un mundo mercantil y económicamente globalizado, cuyo sistema social está empapado por el capitalismo, donde los artistas connotados de la escena nacional pueden reconocerse porque han llegado a ese sitial al que todos los artistas del Ecuador desean llegar: al éxito. Son los más visibles en los medios de comunicación masiva nacional, los más presentes en la mente del colectivo social local e internacional en general y especializado, los más promocionados por la institución del arte y por el Estado ecuatoriano y los más cotizados, sin alcanzar su obra precios elevados al nivel del arte más cotizado en el circuito mundial, pues la situación del mercado del arte nacional se debate en condiciones precarias a criterio de artistas, galeristas, comerciantes, gestores y comisarios del arte ecuatoriano, lo que complica la situación económica de los artistas locales. De hecho, en base a una encuesta realizada recientemente (2013) el 84% de los artistas consultados desempeñan otras labores (empleos) aparte del netamente artístico. Es decir, no logran sobrevivir de la exclusiva práctica de su arte. No conozco cuál es la situación económica de los actuales artistas connotados del Ecuador, ni si ésta depende exclusivamente de la comercialización de su obra, un tema interesante a investigar, un indicador importante de la situación del arte ecuatoriano contemporáneo: ¿cuánto facturan anualmente los artistas ecuatorianos que se consideran importantes? 

Ahora bien, según varias fuentes, recurriendo a mi blanda memoria impactada por la intensa promoción-publicidad realizada desde centros culturales de la ciudad y debido a sus pertinentes planteamientos, éstos artistas connotados serían: Luigi Estornaiolo, Amaru Cholango, Marcelo Aguirre, Tomás Ochoa, Pablo Cardoso, Miguel Alvear, Wilson Pacha, Jorge Velarde, Falco, Saidel Brito (cubano nacionalizado?), Pablo Gamboa, otros cuya aparición reciente o esporádica no me permite considerarlos todavía. Pero existen muchos más con propuestas y oficio interesante, que por una u otra razón no acceden al “star sistem” del arte local.

Según un artículo publicado por La Selecta (mayo de 2011) titulado “Artes Visuales en el Ecuador Contemporáneo: contra el efecto Guayasamín”[2], a criterio de Xavier Andrade, éstos son: Patricio Ponce, Wilson Paccha, Ana Fernández, Miguel Alvear. Gabriela Chérrez y Graciela Guerrero. Oswaldo Terreros. Carlos León. Ricardo Bohórquez y Vicente Gaibor. Falco. Marcelo Aguirre, Pedro Davila, Patricio Palomeque, Pablo Cardoso, Saidel Brito, Xavier Patiño y Roberto Noboa.

Según un artículo de prensa publicado en el diario El Telégrafo (enero de 2012) titulado “Nombres relevantes de la plástica reciente”[3], a entender de Matilde Ampuero, estos son: Jorge Velarde, Wilson Paccha, Marco Alvarado, Hernán Zuñiga, Jorge Jaén y Jimmy Mendoza. Y entre los más jóvenes se menciona a: Oscar Santillán, Stefano Rubira, Karina Skvirsky-Aguilera, Ilich Castillo, Graciela Guerrero, Fernando Falconí, Roberto Noboa y Juan Carlos León.

Según un artículo de prensa publicado en el diario El Comercio (año 2013) titulado “Los artistas guayaquileños son conscientes de su tradición”[4], a entender de la curadora española Chus Martínez, la mejor comunidad artística estarían en Guayaquil.

Según el CEAC[5], alrededor de 120 prometedores.

Pero si le preguntas a la “gente” dirán simplemente: Oswaldo Guayasamín.

En fin... depende de los círculos del arte nacional y sus intereses, muchas veces atravesados por delirios particulares.





5.- En el pasado histórico del arte ecuatoriano (a partir de la Colonia) considera usted que el arte ecuatoriano o alguno de sus artistas logró posicionarse en lo alto del circuito contemporáneo a su contexto del arte mundial, al nivel de los artistas más connotados de la historia universal?


El arte ecuatoriano no, en general. Oswaldo Guayasamín casi lo logra. Pero a más de él deme una evidencia concreta que cambie la situación del arte nacional, que no sea que “alguna vez” un coleccionista afamado compró algunos cuadros, o que los tiene colgados en algún museo del “primer mundo”, o que alguno expuso en el pabellón latinoamericano de una bienal europea, o que remató en Sotheby´s, dígame qué trascendencia tuvieron “en realidad” tales eventos en el mundo globalizado, en el círculo del arte internacional. Si aplico el mismo ejercicio investigativo que apliqué al arte ecuatoriano contemporáneo (entiéndase por actual) seguramente no encontraré a uno solo. Y lo lamento desde mi condición de artista ecuatoriano y de docente del arte. Es, a mi criterio, un problema de alto componente colonial a enfrentar, y no solamente de calidad artística, curatorial, de gestión o de políticas culturales estatales.


Mario Fernando García – Quito, febrero de 2014.






“La gente se olvida que en el fondo el mundo del arte es un reflejo perfecto de la realidad geopolítica de nuestros países” (Alfredo Jaar).
http://www.excelsior.com.mx/expresiones/2016/01/30/1071958 





Eres libre de copiar, modificar y distribuir el contenido de este documento, siempre y cuando cites a su autor y mantengas esta nota.





































[1] http://de10.com.mx/wdetalle3693.html

viernes, 13 de diciembre de 2013

PROYECTO "CHOLIFICAR EL ARTE OCCIDENTAL" V


CHOLIFICANDO LA ICONOGRAFÍA COLONIAL QUITEÑA

Apropiación y mestizaje de la iconografía colonial quiteña.

Autores:
Sabina Paredes, Mario García, otros...

A partir del "impersonalismo dominante de la escultura quiteña", declarado por José Gabriel Navarro.




El punto es el siguiente, en Quito ha sucedido algo particular; en primera instancia, en épocas coloniales (S. XVI), gran parte de los artistas que hicieron arte (religioso) fueron indios y mestizos “entrenados en competencias” –habilidades y destrezas- por artistas europeos en la tradición iconográfica de la época (Diego de Robles, Luis de Rivera, Juan de Illescas), produciendo abundantes "copias", muchas de ellas para la exportación, “recordemos que Quito fue en tiempo de la Colonia el emporio de pintores y escultores, verdadera fábrica de cuadros y estatuas, que se repartían desde México hasta Chile…”. (Navarro, 2007), tomando como ejemplo la obra de artistas españoles y criollos y que, si bien esas obras y escultores hoy constituyen parte del acervo histórico cultural de la capital ecuatoriana, poco significan en el marco del arte apreciado por los centros culturales dueños del mercado especializado -más allá de su calidad copista, muchas veces cuestionada, o del discurso diplomático-, por ello ese arte ecuatoriano tampoco ha sido difundido a través de publicaciones de categoría universal -sino local o regional- develando el ejercicio persistente del poder colonial sobre las prácticas y la misma existencia simbólica del arte en mención. Evidencia bibliográfica considerable.

En segunda instancia, durante las diferentes etapas del proyecto republicano –aún operativo- de corte siempre civilizatorio y desarrollista, se propició la instrucción escolar y académica correspondiente. En ese esfuerzo nuevamente se importaron paquetes culturales occidentales, entre ellos, órdenes religiosas, eucaliptos y docentes universitarios.

De esa manera llegaron a Quito tendencias artísticas de última generación para la época como, por ejemplo, el impresionismo y luego la pintura abstracta o el constructivismo practicado por Luis Molinari (1929), Araceli Gilbert (1914) y Estuardo Maldonado (1930), a veces cuestionados por practicar un arte supuestamente extranjero, dado su aprendizaje en el mundo europeo y norteamericano. Es el caso de Gilbert:

Vuelta al Ecuador años atrás, ha continuado en su trabajo de formas conceptuales que le han deparado un amplio reconocimiento crítico. Si se dice que su obra es extranjera por su formalismo, no es menos cierto que, mujer de plenitud y de circunstancias, haya afincado en el abstraccionismo su expresividad plástica por considerarlo el único que se adecua a nuestro tiempo. (Salvat, J. y Crespo E., 1976)

...en el año de 1968, el proyecto educativo estatal, mediante la educación pública, abrió el campo de la educación artística a las capas sociales quiteñas y de provincias, de origen popular, si bien la práctica artística fue desde mucho antes considerada una actividad "innoble". Capas sociales que competían simbólica y laboralmente en desigualdad de condiciones con otros sustratos acomodados, social y económicamente, de origen criollo o inmigrante. De esos muchos soñadores populares, contados son los que salieron adelante y otros los que a nivel nacional o regional -y no más- se han visibilizado, en gran medida debido a su pertenencia social ventajosa, que sin embargo no anula su fundada condición subalterna a la escala de valores dominante a nivel mundial, aún ubicada en centros históricamente coloniales. Centros cuya inercia gravita fuertemente -independientemente del poder real que hoy ostente (Europa)- en otros ámbitos de la vida social global, como por ejemplo, el económico, -actualmente en franco retroceso-, en desventaja frente a economías de Asia[1] y América Latina. Es decir, los valores de la colonialidad contemporánea, se han internalizado en la mente de la población local y por tanto se ejercen desde las convicciones del sujeto colonizado, que los ha hecho suyos, y en segunda instancia desde imposiciones externas; así pues, esa colonialidad actual, opera mayoritariamente apoyada en el imaginario colectivo (a modo de democracia) que en la imposición autoritaria aplicada por occidente[2], creando un ambiente hostil a la propia realidad local, a sus sujetos, a su corporeidad, creencias, conductas y productos artísticos.

En este mismo instante la población estudiantil y profesional de origen educacional público enfrenta n similares condiciones simbólico-sociales, que dificultan la valoración, validación, visibilización y consumo de sus propuestas y bienes artísticos en espacios familiares, institucionales, nacionales y extranjeros. Más allá de la calidad técnica y teórica de la obra que hayan elaborado, cuenta la posición simbólica que tales sujetos y sus productos detenten dentro de la estructura social hegemónica. Se debe recordar que son sujetos considerados de “bajo o medio estrato”, que no pertenecen a círculos sociales económicamente "pudientes", ni de origen aristocrático, inmigrante o burgués, y que, además, en buen número, sus cuerpos evidencian el origen étnico de raíz americana. Es decir enfrentan dificultades graves en tanto el sistema educativo nacional no resuelva estratégicamente el problema mencionado hacia la implementación de un método realmente meritocrático que neutralice la dinámica de castas quiteña operante desde la colonia, superviviente a los matices del proyecto republicano, resistente a las reformas constitucionales y jurídicas, y mimetizada en el imaginario colectivo. (García, M., 2013,). Pero no solo de "castas" se compone esta problemática, sino, como bien se entiende en el primer párrafo de este ensayo, de fundamentalmente el apego y la reproducción de grabados coloniales de Arfe y Palomino normativas institucionales (conceptuales-estéticas) traídas del "primer mundo" e impuestas en Quito como parte del paquete civilizatorio contemporáneo. Dando cuenta del desarrollo lógico de un proceso socio-cultural persistente que en suma neutraliza e invisibiliza el potencial artístico quiteño de sus indios y mestizos "alzados".




[1] Posiblemente de ese fenómeno económico, derive otro, reposicionador de la geopolítica mundial, generado por la aparición de países económicamente emergentes ubicados en la ya “clásica periferia colonial” (América y Asia), surja –difícilmente sin embargo- una nueva escala de valores centrada en sus propias condiciones socioculturales. Pues es sabido que a lo largo del tiempo la autoridad se ejerce desde el poder social fundado sobre el poder económico a través del uso de la violencia tanto física como simbólica, representada en las características étnicas del pueblo dominante o, veladamente, desde la práctica travestista de sus creencias, conductas y productos culturales.
[2] Por ejemplo, la Academia quiteña no incorpora dentro de sí ningún paquete de conocimiento o prácticas de cuña andina; o el arte –en sus diferentes formatos- convoca más cuando presenta valores estético y conceptuales emanados por occidente y representados por sujetos originarios de ese contexto; así mismo, por sujetos quiteños –periféricos en general- que han hecho suyos dichos valores, en un esfuerzo inconsciente o calculado por obtener beneficio personal, al buen estilo de los primeros artistas indios y mestizos de la Colonia.


"Virgencitas sincréticas en serie"
Mario F. García 



Dicho esto, vale entonces empezar desde el comienzo y por partes:



"Nacimiento indígena"
Sabina Paredes L.



"Ángel indígena"
Sabina Paredes L.



"Cristo indígena"
Sabina Paredes L.



"Virgen indígena"
Sabina Paredes y Mario García



"Virgen indígena" (detalle)
Sabina Paredes y Mario García



Autor indeterminado.

Proyecto en construcción...

sábado, 19 de octubre de 2013

PROYECTO "CHOLIFICAR EL ARTE OCCIDENTAL" IV


CUARTO ACTO

FAUCE SOUVENIR
La pequeña y querida Facultad de Artes: llévese una para que no pierda sus llaves, adorne su refrigeradora o la incluya en el nacimiento de Cristo de este año.



Me encantaría realizar un estudio genealógico sobre la Academia, en general, y no solamente de la Academia americana o de la Academia de artes, lógicamente desde sus orígenes. Sin embargo, estoy consciente de mis limitaciones en torno al tema, por lo tanto no lo haré y, más bien, me limitaré a mencionar lo evidente, dejando la crítica profunda y el conocimiento erudito a quienes sí lo poseen, ese será su aporte si les place hacerlo y compartirlo con nosotros, y si no, "la obra se apañará por sí misma como todo buen arte", completada por la mirada del espectador común, ese quien a fin de cuentas, sin ser "sacerdote", es el "fiel del arte", votante y base de nuestra "iglesia".
No existía la Academia en tierras americanas, así como no existía el concepto de arte que hoy domina el panorama institucional local; su origen es múltiple, interesante y exógeno. Enraizó en otras tierras, en las nuestras, y más allá de la mano del Poder colonial lo hizo de la mano del conocimiento y de una razón universal trans étnica que seduce la inteligencia de hombres y mujeres.
La Academia..., que pena que se encuentre tan trastocada por el poder político occidental. Cuánto conocimiento periférico se ha talado debido a esa característica negativa, desde la Colonia? Nunca lo sabremos. Sí sabemos lo que queda, a duras penas, sospechando una superchería.
No existía la Academia ni el Arte, en términos de Jorges Dicke, pero ahora sí, y es nuestro campo de juego, pero sobre un pasto distinto y de terreno inclinado hacia varios lados, demasiados, suficientes, interesantes, que obligan estructuras locales, conocimientos geográficos, saberes contextuales. En suma, una Academia americana y, por ende, una Facultad de Artes de acá. Ya no exógena, sino sincrética. Pero ¿puede el mundo occidental aceptar tal cosa? ¿Puede aceptar la Academia occidental, poseyendo su patente, saberes y conceptos paralelos o divergentes? Es ciertamente un asunto de Poder, de complejos y emprendimientos que no se emprenden, y no solo de poder institucional sino de convenciones populares extendidas y endurecidas. Cómo emprender entonces un proyecto tal, aunque éste sea ya una realidad cultural subalterna?
Cómo iniciar en la construcción de un arte americano diferenciado, que ciertamente ya existe, sin enfrentarse a lo instituido, a los conceptos cultos o ilustrados, a la real academia de la lengua y su construcción lingüística de la real-idad? Cómo hacer para no enfrentarse a algo peor aun, a las convicciones de las masas, a sus miedos y a su apego curativo hacia lo convencional que de alguna manera cuida de ellas?
La respuesta es: ni idea!!!
Pero por mi parte continúo cholificando la Facultad de Artes (la Academia que me interesa) como bien pueda, parodiando un souvenir, convirtiéndola en un objeto utilitario, en alimento, en escultura, en artesanía, en crítica, en argumento, etc. Siempre "por gusto", y que sea lo que tenga que ser, por supuesto.
La piedra rueda por cuarta vez y va tomando forma.



Título: FAUCE SOUVENIR (en proceso)
Año: 2013
Medio: Artes aplicadas
Técnica: Pan, cerámica, mazapán y/o porcelanicrón.
Material: Arcilla del oriente ecuatoriano, tierra del campus universitario de la UCE, pan, gelatina, caramelo, harina de maiz, maza de pan, goma, colorantes y conservante.
Medidas: Variables
Duración: Permanente




jueves, 15 de agosto de 2013

PROYECTO "CHOLIFICAR EL ARTE OCCIDENTAL" III

TERCER ACTO

SHUNGO
SHUNKO- CORAZÓN

Apropiación y "cholificación" de la obra "Love" de Robert Indiana.


Ilustraciones 3D de la obra (planificación gráfica).


Vito Acconci indagaba, seguramente entre otras cosas, sobre los límites estéticos del cuerpo humano, en relación grosera con las convenciones establecidas en su momento. Por ello sus obras son “repugnantes” a la mirada ignorante, y tal vez lo sean realmente, porque así lo requerían para entrar en diálogo con la normatividad, consecuencia de valores culturales que regían y rigen el rol de cada sujeto que compone la sociedad y, en suma, el imaginario colectivo.

La normatividad del cuerpo, según sus roles de género, según su edad, raza, estado de salud, normalidad, etc., definía, y lo hace, lo que se debía mostrar y lo que no, cuándo, dónde, a quién y por qué. Acconci introducía entonces su mano en la boca, insistentemente, produciéndose arcadas. Aparecía desnudo, frotando su piel hasta la laceración, o transmitiendo sus quejidos masturbatorios. Quién diría, un artista haciendo cosas feas e inmorales. Sin embargo ahí está, seriamente considerado en la historia del arte.

En suma -hablaré en primera persona- creo que parte de lo que Acconci logró como artista, que de hecho le abrió un espacio dentro del circuito del arte mundial, cosa que ningún compatriota ha conseguido, fue gracias al tratamiento valiente de temáticas que en ese momento y dentro de su sociedad, se encontraban en el lado negativo de la cultura: aspectos sobre la sexualidad, el género, la raza, los estereotipos, etc. No la expresión de la belleza enmarcada, ni la representación de los aspectos positivos de la vida, sino su tratamiento realista, desvestido, sinvergüenza, que aún requerirá de mucho tiempo para su consideración estética, dentro de un hipotético futuro social.

Si consideramos certero que “nada está por fuera del lenguaje”, como ha dicho un señor que sería obligatorio citar (Derrida?), entonces en el lenguaje encontraremos esas normativas y esos límites mencionados. Pero además encontremos ocultamientos y vituperios, espejo de los valores y dolores más profundos, de la(s) cultura(as), de la nuestra.

En el lenguaje, así como en el arte, existen signos bellos y signos burdos. Flores y pedruscos. Y sin embargo todos ellos están allí, juntos, configurando un sistema binario que entiende la luz por su contraste con la oscuridad.

Las llamadas “malas palabras” existen justamente para marcar el límite de lo adecuado, y para condenar su desvío. Por eso emergen con tanta violencia en ciertos momentos, y no con un fin estético.

Las buenas palabras se combinan entre sí para glorificar poéticamente la ascendencia espiritual del ser humano, con uno u otro estilo representan los bodegones, desnudos, paisajes y retratos de la nobleza del alma.

Pero esas otras palabras se quedan en la oscuridad, sabiéndose parte de la cultura y de problemáticas que pocos se atreven a tratar, más dolorosas que los insultos castizos.

Tal parece que ningún escultor quiere “frotarse el brazo” con las palabras INDIO, LONGO, MESTIZO, NEGRO, SHUNGO, ARRARRAY, ATATAY, etc., sabiéndolas parte de ese lado oscuro del lenguaje, designado por nuestra cultura colonial. Y con otras como ABORTO, OBEDIENCIA, MIEDO, GAY, MARICA, CHAPA, CARAJO, etc. Palabras dichas a diario y que se insertan en nuestro imaginario colectivo apuntalando la estructura de valores que a fin de cuentas sostiene nuestra sociedad.

El proyecto consiste en -dialogando con lo realizado por artistas de la performance y por escultores como Robert Indiana y Marc Quinn- tomar lo feo de la “realidad”, en este caso evidenciado en el lenguaje, y ponerlo en contacto con un medio de representación artístico-escultórico, es decir de valor o prejuicio positivo, para ver, por experimentación, si de la exposición pública y de gran formato de lo feo de nuestra cultura, surge una reflexión reivindicadora de aquello que nos avergüenza. Algo así como sacar nuestras viejas prendas al sol.



Ejecución en proceso...
Ficha Técnica
Título: SHUNGO
Autor: Mario F. García
Año: 2013...
Género: Escultura
Materiales: Acero al carbono, concreto y pintura epóxica
Técnica: Construcción
Dimensiones: 210cm de altura x 200cm de ancho x 80cm de profundidad.





LON-GO







CARAJO!








INDIO






MARICA!







ABORTO







SUMAK KAWSAY
(BUEN VIVIR)





Ficha Técnica
Título: SUMAK KAWSAY
Autor: Mario Fernando García
Año: 2013
Género: Escultura
Materiales: Acero al carbono, concreto y pintura epóxica
Técnica: Construcción
Dimensiones: aún no determinadas.

jueves, 25 de julio de 2013

PROYECTO: "CHOLIFICAR EL ARTE OCCIDENTAL" II

SEGUNDO ACTO



91 LATAS CON MIERDA
DE ARTISTAS NACIONALES
 
(PERFORMANCE-ARTE OBJETO)

AUTOR:
Mario Fernando García

COAUTORES:
Sabina Paredes, Javier León, Nelson Santos, Juan Arellano, Javier Escudero, Hernán Cueva, Jenny Fraga, Fernando Guerrero, Manuel Ortega, Julio Guevara, María Moreira, Daniela Estévez, Cintia Román...
Apropiación y "cholificación" de la obra "Artist´s Shit", de Piero Manzoni (1961).

CITAS DE REFERENCIA:
"Todo lo que sale del artista, es arte"
Piero Manzoni
“Todo lo que escupe el artista, es arte.”
Kurt Switters
“Cada hombre es un artista.”
Joseph Beuys

“Si era un artista y estaba en el taller, entonces cualquier cosa que estuviese haciendo en el taller debía ser arte.”
Bruce Nauman

 "Si era un hombre -o mujer- artista y estaba en el taller, entonces cualquier cosa que saliera de mí, escupiera o estuviera haciendo en el taller debía ser arte; a menos que..."

              
                              
El "campo dominante" del arte (Bourdieu) es emulado inútilmente -a pequeña escala- en la ciudad de Quito (Ecuador), principalmente por parte de sujetos y círculos sociales pertenecientes a las capas más occidentalizadas o en proceso de serlo (estudiantes). Casi todos los artistas locales tratan de establecer empatía con los principios de ese arte, practicando la estrategia de la "mímesis complaciente" ya desde épocas coloniales y republicanas, sin resultados considerables, lamentablemente.

Sobre esa dependencia cultural se ha teorizado ya bastante: Marta Traba (Dos décadas vulnerables de las artes plásticas latinoamericanas) y Juan Acha (Las culturas estéticas de América Latina) constituyen un buen ejemplo de lo mencionado. Oswald de Andrade (1928) nos dijo: "solo me interesa lo que no es mío" en su manifiesto antropófago, dando cuenta y enfrentando el problema con responsabilidad social.
Ahora, sin embargo, su pensamiento crítico al parecer se disolvió en la nada, en el ámbito artístico nacional, dentro del cual los actores sociales ignoran o aparentan ignorar los factores que aún inciden sobre la valoración de su producción artística y sobre su propia significación. Sobre tal significación del artista local ya he hablado en una de mis obras: "El significante es el significado" (Diálogo de Imaginarios, I Expo FAUCE, Centro Cultural Metropolitano, 2011) tratando de comprender y denunciar las reglas del juego del arte local, a ser diferentes formas de simpatía:

a) Simpatizar con los criterios mayoritarios, sociales o de grupo (masas) buscando la inserción -por aceptación- del sujeto dentro de un colectivo, del que luego se obtendrá alguna ventaja útil a su supervivencia. Pues bien, si dicho colectivo supone el aprecio por uno u otro arte, entonces habrá que afiliarse al mismo, como un cardumen, mientras más al centro y menos diferente, mejor.

b) Simpatizar con el "poder social" de élite, para obtener de él el respaldo y aval necesario para poder emerger de entre los "nadies", tal cual lo hacen algunos artistas que conozco. Chupar, bailar, fumar, tomar cafesito y enseñarle los dientes en señal de disimulada sumisión, como buen primate.

c) Simpatizar con los discursos y valores del espacio social occidental y del campo dominante del arte mundial. Y cómo no hacerlo, habría que ser bien bruto o una especie de suicida social, cuando uno de los principios fundamentales es "mantenerse cerca y empático al Poder" y así sobrevivir recogiendo lo que a éste se le cae de la boca.

d) Simpatizar con las estéticas, los modos, las costumbres, los criterios, los sitios, los diálogos, los enemigos y los miedos. Y así tener una calmada, asalariada, normal, larga y autorizada vida. Tal cual los primeros indiecitos que se dedicaron a copiar de los manuales de iconografía religiosa y real traídos de Europa.

El punto es el siguiente: "Occidente", frente a tanta simpatía subalterna -ya tradicional-, se impone por sobre cualquier discurso artístico e impide la emergencia del "arte o artistas periféricos" a ese símbolo, en especial de origen local, más aún siendo de estratos socio-económicos medios o bajos (esto sucede también en la Política, el gobierno lo sabe). Aquí debemos afrontar el hecho de que el "arte culto" nacional, de un tiempo acá está siendo arrebatado por las clases sociales altas esgrimiendo un discurso altamente ilustrado. Un buen ejemplo de lo dicho es la tendencia a premiar la "trayectoria" del artista, que se adorna barrocamente de evidencias eurocéntricas (estudios en el corazón de Europa, participaciones en numerosísimos eventos internacionales, capacidad retórica y discursos racionalistas encriptados) y engorda currículums y catálogos antológicos con los que los artistas de pueblo solo pueden soñar. Ello implica una gran inversión en la educación del artista, en tiempo dedicado al arte y no a la supervivencia salarial, en viajes, gestiones, amigos, fiestas, tejidos y tejidos propios de la clase social alta.

Así pues, el tema del arte parece ser -sobre todo- un asunto de "poder social" y no de "calidad plástica o teórica", como tanto se argumenta hoy en día en un esfuerzo por ocultar la realidad, y parece aún estar atravesado por valores medievales y poscoloniales.

Por ello, en este segundo acto (obra), en un tono satírico, cada una de las 91 latas mencionadas en el título, dialoga con la obra original de Piero Manzoni y sus fundamentos, y son -evidentemente- la parodia de un esfuerzo local hasta ahora inútil por tratar de acceder al circuito mundial del arte en base a la simple e ingenua "mímesis complaciente" de los "hábitos alimenticios" del llamado "primer mundo", sin considerar los factores determinantes de clase, raza y geografía antes descritos (dejando de lado el mercado).

Así pues, como metáfora, los co-autores locales -si es que los hay, caso contrario e de cagarme en todas las 91 latas- de esta obra, habrán ingerido previamente alguno de los correspondientes productos prestigiosos (aceitunas, vino, jamón serrano, camembert, pesto, jd, café valdez, etc.), al tiempo que habrán leído textos teóricos universales, con fondo musical clásico, barroco o alternativo, sentados sobre sillas plegables o su equivalente, frente al mar o paisajes volcánicos, con copa en mano, vistiendo ropa fina o cool, en actitud crítica ilustrada, etc. Para evaluar luego, la "calidad" de su "residuo digestivo" (esto es una metáfora) en relación al proveniente del intestino extranjero, y así establecer objetivamente las características y el valor social a nivel global de la "merda d´artista quiteño".
"En un estudio realizado sobre 30 textos de "arte culto" de categoría “universal”, de edición reciente, europea y norteamericana, no se encuentra registrado ni un solo artista ecuatoriano o quiteño, del pasado o del presente -ni siquiera Guayasamín-, lo cual da cuenta de su exclusión absoluta del campo del arte mundial, y de su historia, génesis, circuitos y mercado"
LA JODIDA POSICIÓN SIMBÓLICA DEL ARTE QUITEÑO CONTEMPORÁNEO", FAUCE, 2013).