lunes, 14 de febrero de 2011

EL OBJETO SOBRE EL PEDESTAL

El semen de Duchamp sobre la obra de Canova y Bernini.

Sobre el Arte:

Me agrada la sensación indescriptible de encontrarme frente a algo (cosa o situación) -propuesto por alguien- que de alguna manera logre conmoverme más allá del hecho cotidiano (causando una sorpresa placentera, repugnante o sensación de extrañamiento) al producir una ruptura en las nociones habituales del pensamiento establecido.

Me sorprende el hecho de encontrarme frente a un objeto o situación creados en base a valores estéticos ideales (apropiados para muchos) socialmente convenidos o de origen tradicional; así como otros de demanda innovadora (apropiados para pocos), y su contraste.

La experiencia de encontrarme frente a un objeto elaborado de manera tal que contenga un saber técnico y manejo tecnológico más allá de la instrucción técnica o posesión tecnológica, y que se imponga por su ejecución, es decir, por la imposibilidad de ser emulado fácilmente por cualquiera que no haya cultivado una habilidad o que no haya sido dotado naturalmente (con el perdón de los detractores del Genio).

Así mismo, me resulta interesante la resignificación de los objetos utilitarios o situaciones diarias al ser arrastradas intencionalmente al campo conceptual del arte actual y la reflexión occidentalizada que ello implica, logrando su aparición de entre los artículos de la nada cotidiana.

Me alucina el pataleo del garabato conceptual y contemporáneo frente a la obra de arte cuidadosamente elaborada; y a su vez, el pataleo de la obra de arte frente al garabato o a la emisión de fluido corporal y pelos púbicos.

La pugna, el diálogo, y al final “el objeto sobre el pedestal”, impreso en la revista o exhibido en el patio burgués.

El placer que obtengo al mirar un electrodoméstico (o urinario) desde la des-conceptualización de su sentido original. El placer que obtengo al mirar el electrodoméstico al fin y al cabo en la cocina.

La mal disimulada pugna social por arrebatar su signo para uso particular.

Y por ultimo, su independencia, de toda esa mierda que he dicho o de la que cualquiera pueda pensar.



 Canova



Bernini