viernes, 30 de septiembre de 2011
HOMBRE AMERICANO (CANON ANDINO)
Esta escultura representa simbólicamente al Hombre Americano con sus particularidades étnicas y culturales, una fusión entre américa y occidente.
Combina la CHACANA (cruz andina) con el modelo ideal del Hombre de Vitrubio (racionalismo occidental) redibujado por Da Vinci en el Renacimiento europeo, para dar cuenta de un símbolo sincrético que representaría nuestra realidad.
Expo. "EL RACIONALISMO EN EL ARTE" Ministerio de Cultura del Ecuador. Quito, mayo de 2010. Autor Mario F. G.
VIRGEN INDIA (Virgen Sincrética)
domingo, 14 de agosto de 2011
LO PROPIO NO TIENE DEMASIADA IMPORTANCIA PUES EVIDENTEMENTE ES "LO PROPIO", NO ASÍ UN IMPORTANTE URINARIO, O EL SUSTENTO TEÓRICO QUE LO PROPULSE.
“La vista llega antes que las palabras. El niño mira y ve antes de hablar.
Pero esto es cierto también en otro sentido. La vista es la que establece nuestro lugar en el mundo circundante; explicamos el mundo con palabras, pero las palabras nunca pueden anular el hecho de que estamos rodeados por él. Nunca Se ha establecido la relación entre lo que vemos y lo que sabemos. Todas las tardes vemos ponerse el Sol. Sabemos que la tierra gira alrededor de él. Sin embargo, el conocimiento, la explicación, nunca se adecua completamente a la visión. El pintor surrealista Magritte comentaba esta brecha siempre presente entre las palabras y la visión en un cuadro titulado La Clave de los Sueños.
Lo que sabemos o lo que creemos afecta al modo en que vemos las cosas. En la Edad Media, cuando los hombres creían en la existencia física del infierno, la vista del fuego significaba seguramente algo muy distinto de lo que significa hoy. No obstante, su idea del infierno debía mucho a la visión del fuego que consume y las cenizas que permanecen, así como a su experiencia de las dolorosas quemaduras”.
“El ojo del otro se combina con nuestro ojo para dar plena credibilidad al hecho de
Las citas anteriores fueron enunciadas por el crítico de arte John Berger[1] (Londres, 1926), en su libro titulado “Modos de Ver” (1972), y resumen la esencia de su planteamiento:
Es decir, el mundo no existe completamente por sí mismo, sino que se construye simbólicamente a partir de la mirada del espectador, y de ello depende el valor que damos a las cosas circundantes, a los cuerpos, al arte (nuestro arte o el de los longos) y a la cultura en general. Es la perspectiva del sujeto social la que edifica un concepto particular sobre Belleza, además del sentido y utilidad de las cosas que nos rodean”.
He allí el por qué no le damos demasiada importancia a nuestros propios artes, porque los hemos "construido subalternos"y nos importa un comino lo que proponga juan yuyuna, pedro chiguango o fernando moreno; y el "otro arte" es en realidad el "mismo arte" porque lo que aquí importa es todas las versiones posibles de un urinario diseñado en italia y reconceptualizado por un señor patrón Duchamp.
Patróoooon Duchaaaamp ya le lavé el urinarioooo vea, venga a mear !!!! jajaja
ups!! perdón
[1] John Peter Berger (Londres, 1926) es un crítico de arte, pintor y escritor. Entre sus obras más conocidas están G., ganadora del prestigioso Booker Prize en 1972 y el ensayo de introducción a la crítica de arte, Modos de ver, el cual es un texto de referencia básica para la historia del arte.
jueves, 17 de marzo de 2011
ALGO DE SINCERIDAD
Salga a la calle un día cualquiera y verá que no me equivoco; por ejemplo -hablando de "cultura ecuatoriana"- fíjese a quién sonríe, con quién comparte su almuerzo, cuán cómodo se siente con la persona que se sienta a su lado en el transporte público, a quién invita a su casa. Esa diferencia explica en gran medida las soledades que experimentamos o la emoción de reconocernos en una fiesta de amigos. Además explica la "indiferencia" de gran parte de la sociedad hacia lo que hacemos y consideramos importante (el arte).
Si usted piensa como sociólogo, verá la diversidad -por ejemplo- en las metas que se plantea la gente a su alrededor, en el "tipo de metas" o su total "ausencia"; allí se expresa la diferencia, culturalmente respetable por supuesto.
En ese "campo de lucha" se ubica el "arte culto", académico, occidentalizado, ilustrado o leído (es lo mismo), y la "razón" (o triunfo de ciertas ideas, que es lo mismo) está del lado de los que "venden", de los que venderán, o de los que quieren -y aún no pueden- vender su arte, pero que, sin embargo, están trabajando duramente en ello, transgrediendo para expresarse y visibilizarse.
Me incluyo en los tres grupos, acepto mi falta de inocencia...
lunes, 14 de febrero de 2011
EL OBJETO SOBRE EL PEDESTAL
Me sorprende el hecho de encontrarme frente a un objeto o situación creados en base a valores estéticos ideales (apropiados para muchos) socialmente convenidos o de origen tradicional; así como otros de demanda innovadora (apropiados para pocos), y su contraste.
La experiencia de encontrarme frente a un objeto elaborado de manera tal que contenga un saber técnico y manejo tecnológico más allá de la instrucción técnica o posesión tecnológica, y que se imponga por su ejecución, es decir, por la imposibilidad de ser emulado fácilmente por cualquiera que no haya cultivado una habilidad o que no haya sido dotado naturalmente (con el perdón de los detractores del Genio).
Así mismo, me resulta interesante la resignificación de los objetos utilitarios o situaciones diarias al ser arrastradas intencionalmente al campo conceptual del arte actual y la reflexión occidentalizada que ello implica, logrando su aparición de entre los artículos de la nada cotidiana.
Me alucina el pataleo del garabato conceptual y contemporáneo frente a la obra de arte cuidadosamente elaborada; y a su vez, el pataleo de la obra de arte frente al garabato o a la emisión de fluido corporal y pelos púbicos.
La pugna, el diálogo, y al final “el objeto sobre el pedestal”, impreso en la revista o exhibido en el patio burgués.
El placer que obtengo al mirar un electrodoméstico (o urinario) desde la des-conceptualización de su sentido original. El placer que obtengo al mirar el electrodoméstico al fin y al cabo en la cocina.
La mal disimulada pugna social por arrebatar su signo para uso particular.
Y por ultimo, su independencia, de toda esa mierda que he dicho o de la que cualquiera pueda pensar.